De Biasi y sus hijos del exilio

EL TÉCNICO BUCEÓ BUSCANDO HIJOS DE EXILIADOS POR LA GUERRA DE LOS BALCANES Y HA DADO CON LA CLAVE DEL ÉXITO

Si hablamos de una selección que en los últimos tres meses ha derrotado a domicilio a Portugal, ha empatado en Francia y perdido por la mínima y al final en Italia, coincidiremos en que debe ser un equipo de cierto nivel. Si esos resultados los completa con otros dos partidos oficiales invicta ante Dinamarca y Serbia, el panorama no pinta nada mal y, seguramente, pocos le pondrían el nombre de Albania al equipo que presenta esta meritoria hoja de servicios.

El hacedor de este logro es el ex técnico del Levante UD Gianni de Biasi (58 años), que además de un excelente trabajo de campo, está realizando uno casi más brillante en los despachos, buceando en los árboles genealógicos, embajadas y consulados. Repasando minuciosamente los pasaportes de sus chicos casi más que sus estadísticas de minutos y goles. Convenciendo a jóvenes hijos del exilio de que deben jugar en la Albania natal de sus padres, un país que abandonaron siendo niños por culpa de la guerra de los Balcanes. Esta Albania que protagoniza su mejor momento en el fútbol tiene un alto componente de orgullo nacional, amor propio y agradecimiento al padre exiliado y hacia un pueblo del que varias generaciones tuvieron que huir y al que ahora quieren devolver parte de su sonrisa a base de goles.

Cuando De Biasi se hizo cargo de Albania en diciembre de 2011 se marcó un doble objetivo, por un lado mejorar el rendimiento de una selección instaurada en el vagón de cola europeo. Para ello, hacía falta revolucionar el equipo y echar mano de los jóvenes que habían emigrado o nacido directamente en otros países, por lo que el segundo objetivo era localizarlos, visitarlos y convencerles de que Albania era la mejor solución a la hora de decidir con qué selección absoluta jugar. En un guion merecedor de película, el técnico italiano recorrió toda Europa (Suiza, Suecia, Noruega, Alemania, Bélgica, Grecia, España…) para testar el nivel futbolístico de los cachorros albaneses, conocerles, echar mano de sus familias y aunar voluntades para que eligiesen Albania.

En algunos casos fue sencillo, el orgullo del exiliado que ve que su país viene en busca de su hijo para defender la camiseta nacional fue suficiente, pero en otros casos la pelea se saldó con derrota para De Biasi, justo con las dos piezas de mayor nivel. La joven perla del Manchester United, Januzaj (19 años), escogió su Bélgica natal con la que ya disputó el pasado Mundial. Eso sí, Albania peleó para que abanderara su selección la próxima década, pero la competencia de Bélgica (también podía elegir jugar con Inglaterra, Serbia, Kosovo o Turquía en un caso casi único de seis opciones sobre la mesa) fue demasiado.

Más cerca estuvo de apuntalar la defensa albana el jugador del Valencia CF Mustafi (22 años). De hecho, en enero De Biasi y su Federación confirmaron que el defensor, entonces en la Sampdoria, sería convocado para el próximo partido. Alertado por ello, Joachim Low lo citó para un amistoso con Alemania en febrero y lo incluyó en la lista de 30 candidatos a acudir al Mundial. Pero Mustafi se quedó fuera de la lista final, con lo que la opción de Albania ganaba enteros…hasta que Marco Reus se lesionó a última hora y Low, sorprendentemente, lo sustituyó por un jugador de características totalmente distintas como Mustafi, que acabaría siendo campeón del mundo con Alemania y cerrando la puerta a Albania.

Pero De Biasi no es de los que se rinden fácilmente y en esa guerra con el Goliath germano parece haber ganado la partida con otro diamante en bruto que, pese a nacer en Osnabruck (Alemania) hace 19 años ha manifestado recientemente que se decanta por jugar con la selección albanesa. Minipunto para De Biasi.

Donis Avdijaj pasa por ser el mejor producto de la cantera del Schalke 04 y pese a haber sido internacional sub16, 17 y 19 con Alemania, ha decidido dar el salto a la absoluta del país de origen de sus padres, de la que sólo le separan los trámites para el pasaporte. En breve se enfundará la roja albanesa.

Januzaj, Mustafi y Avdijaj han sido los tres casos más complicados en esta pelea diplomática, pero no los únicos, ni de lejos. Si ha habido un país al que De Biasi ha acudido como un semillero de su selección ése es Suiza, lugar de destino de muchos de los exiliados albaneses. Desde el capitán de la selección, el central Loric Cana (31) que se refugió allí al explotar la guerra, a los hermanos Ajeti (21 y 17 años) formados en el Basilea e internacionales sub 17 y sub 21 con Suiza, una decena de los actuales internacionales albaneses han nacido o crecido en Suiza, sobre todo en el Grasshopper (Abrashi, Lenjani, Gashi…) aunque también en Zúrich (Kukeli) o el Lausana del propio Cana (que pasó por PSG, Marsella, Sunderland o Galtasaray antes de recalar en el Lazio) o los hermanos Basha que se reparten entre el Torino y el Zaragoza.

Suecia y Noruega también fueron destinos de los exiliados albaneses, por lo que De Biasi buscó entre los nacidos o inscritos allí a partir de 1992 y fue encontrando un buen filón para su selección. El técnico italiano no sólo los reclutó para su combinado sino que hizo de scout para algunos clubes de su país, a los que recomendó algún fichaje que desconocían, especialmente el del portero Berisha (25) ahora en el Lazio. El guardameta, nacido en Pristina, ciudad clave durante el conflicto, se exilió a Suecia y allí destacó como portero del Kalmar, donde por cierto también tiraba los penaltis. No deben estar insatisfechos con él en el Lazio pues también han incorporado al joven meta albanés de la sub 21 Strakosha (19 años).

Tras los graves incidentes que se produjeron en la visita a Serbia y la resolución de darle el partido por perdido a Albania, la clasificación para la Eurocopa se ha complicado para Gianni y los suyos, pero de momento siguen invictos sobre el campo y convencidos de que están en el camino de algo grande que se puede plasmar, si no ahora en los años venideros, pues la generación de los hijos del exilio asegura un futuro competitivo para la Selección.

Un buen ejemplo de esta generación de principios de los 90 es Herolind Shala (22 años), que ha sido una de las sensaciones en el Odd noruego, con el que ha anotado 9 goles pese a no ser delantero. Shala nació en Noruega y fue internacional sub21 con los nórdicos, pero acudió al reclutamiento de De Biasi y ya forma parte de un grupo que, por encima de los resultados deportivos juega por orgullo, honor, patriotismo y valores similares que no siempre son fáciles de encontrar, pero de los que esta Albania de De Biasi va sobrada.

Miguel Ángel Vara

Eldesmarque